A un ritmo de 5 millones de dólares al día, cuanto más rápido se encuentre una solución, mejor. Nos pusimos a trabajar de inmediato para evaluar los daños e instalar la refrigeración provisional. Teniendo en cuenta el tamaño de las instalaciones, esto no era poca cosa. En total, suministramos 60 000 toneladas de capacidad de refrigeración —30 000 toneladas para el uso inmediato, el resto a modo de reserva—, 12,3 MW de energía, 15 kilómetros de cable, depósitos diésel, etc. Y todo eso en solo seis días.

Con nuestro sistema de refrigeración instalado en solo seis días, nuestro cliente se libró de un desastre económico. La respuesta rápida permitió poner de nuevo en funcionamiento la unidad de etileno a pleno rendimiento, de forma que pudo seguir produciendo el nivel adecuado de abastecimiento para mantener en funcionamiento las siguientes unidades de la cadena. Por tanto, la refinería pudo concentrarse en reparar las células dañadas de la torre de refrigeración sin la presión añadida de saber que la reparación costaba hasta 5 millones de euros diarios.