Estabilización de voltaje y frecuencia para garantizar la producción

Un campo petrolero ubicado en un área de difícil acceso y con clima hostil en la Patagonia argentina está siendo explotado por una de las empresas de petróleo y gas más grandes del mundo.

La generación de energía provenía de un punto que servía como fuente principal hacia dos puntos secundarios, creando un sistema local interconectado.

Al momento de ocurrir alguna falla del sistema interconectado, era necesario una rápida estabilización del sistema durante la transición de modo base de carga a modo isla.

Además, era prioritario brindar seguridad a los generadores que operaban en modo isla mientras se incrementaba su rendimiento, debido a la reducción de la reserva rodante

Si el flujo de energía no era continuo, estable ni seguro, podían ocasionarse interrupciones que afectarían de manera importante los procesos de producción de petróleo.

Se movilizaron e instalaron 3 baterías de 60 minutos y 1 MW de capacidad cada una, para proporcionar potencia durante el cambio de fuente, permitiendo así estabilizar el flujo de energía entre los diferentes puntos y garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico.

Las baterías tienen la función de contrarrestar en tiempo muy cortos y exigentes las desviaciones de frecuencia y tensión del sistema.

A su vez, los sistemas de almacenamiento eran utilizados para absorber y almacenar el excedente de energía que se produjera, de manera que se reutilizara dentro del propio campo, lo que permitió al cliente aprovechar toda la energía que se producía, para su consumo interno.

Se logró estabilizar el flujo de energía al producirse la transición, colaborando con la optimización del rendimiento de las operaciones y así continuar con la producción de un promedio de 500 000 bpd.

Además, el cliente pudo disminuir sus costos de energía al ser capaz de reutilizar el excedente que generaban sus plantas de generación.